Ella corre por un pasillo largo, con matices rojizos y lleno
de silencio, sus pasos angustiosos y apurados revientan en un eco perturbador
que parece jamás acabar…
Mientras
avanza, ve pasar imágenes de paredes sucias, espejos rotos, escombros en el piso,
sin saber ella corre por un aparente campo de batalla, la cual no pudo observar
ya que acababa de despertar de un sueño largo y pesado, ¿Habrá despertado de un
largo descanso o de la muerte?
Sin
saber dónde se dirige, ella no desea detenerse, desea buscar una salida de este
extraño lugar, ver la luz del día o ver las estrellas en un cielo que se le
negó por mucho tiempo.
Su
persistente deseo de salir de allí le da frutos, empieza a sentir una brisa que
choca con su rostro y agita su cabello negro, utiliza la poca energía que le
queda para llegar a la salida rápidamente, conforme se acerca, un olor a metal
es cada vez más insoportable, el fuerte hedor está acompañado por el sonido de un
mar que revienta una y otra vez provocando una canción triste y eterna…
Al fin
sale y ve un paisaje aterrador, observa un mar rojo en su totalidad, rojo
sangre, rojo de herida mortal… El olor a sangre es insoportable, la impresión y
el asco la hacen vomitar y llorar desconsolada. El cielo no es lo que recuerda,
ahora es gris, un cielo sucio, un cielo triste que contempla esta imagen
increíble…
Luego
de su horrenda impresión solo puede gritar, llama desesperada a alguien
esperando una respuesta, se pregunta qué pasó con el mundo que conocía, era
increíble ver a su alrededor y estar en presencia de una tierra muerta, no eran
montañas y mares destruidos o contaminados, era presenciar un gran cadáver, con
sangre y heridas.
En otro
lugar un niño se asoma por una ventana, el escenario no es distinto a lo que la
chica observó, el niño presencia grandes rayos de luz que atraviesan las nubes
y caen al suelo, en un claro de cielo el niño observa un gran diamante negro,
no hay luna, no hay sol, solo una perfecta forma en el firmamento, al contrario
de la chica, el niño se ve sereno, casi con una sonrisa tímida disfruta de lo
grotesco del paisaje, la chica aun llora tratando de comprender lo sucedido y
el niño se echa a andar sin rumbo definido, sus caminos se encontraran y una
respuesta será escuchada, la que porta las dudas es la joven blanca y frágil,
el niño lleva consigo la verdad y algo más, los dos son emisarios de algo
fantástico, algo sobre natural, la muerte los abraza a diario sin llevárselos
con ella…
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