sábado, 18 de mayo de 2013


El reloj

En la oscuridad de un galerón escucho un tic-tac algo molesto, casi perpetuo que me obliga a pensar y a balbucear cosas que me  hacen negar dicho sonido.
No hay luz alguna, coloco mis manos frente a mi cara y no las noto, no sé si son tentáculos, garras o mentiras lo que tengo ante mí, no sé qué hay más allá  de mi cuerpo, puede que sea un mundo oculto o una simple pared, posiblemente no lo sabré ni ahora ni nunca.
El tic-tac sigue su marcha, sigue confundiéndome, al no ver la máquina que señala el tiempo, al no ver sus tenebrosas agujas, no sé si el tiempo avanza incesante o si al contrario, retrocede haciéndome pensar solo en el pasado.
En este lugar privado de formas y colores, solo puedo recordar lo vivido gracias al arrullo de este tic-tac perpetuo, al no ver la dirección de su movimiento, mi mente asume al recuerdo como mi presente, el tiempo en este lugar es solo sonido y dolores de cabeza.
Entre tanto recuerdo mis ojos logran ver algo, ahora ven al dichoso reloj, reloj de cabeza que marcha al revés…
Si está de cabeza y marcha al revés, puede significar que mi mundo esta volteado, ahora pienso que la maquina no está mal, quizás yo estoy atado de cabeza observando un mundo armónico donde la pieza que no encaja no es otra que mi percepción…
Cierro mis ojos con el afán de abrirlos de nuevo y ver todo como debería, pero ahora el reloj no está de cabeza, ni mucho menos está como debería, ahora el me da la espalda, es otra percepción y con esta percepción veo otro mundo, ya no es el pasado, ahora es el negativo, ahora no son recuerdos, ahora estoy en el plano del hubiera. Ya no son realidades vividas, ahora son realidades deseadas, la espalda de la maquina me señala lo que hubiera ocurrido si en vez de hacer algo hubiera hecho lo otro, si en vez de reír hubiera llorado o si en vez de haberte amado hubiera jugado…
Mis ojos se cierran cansados, ya no los puedo abrir, el sonido sigue, el sonido solo confirma la existencia del reloj, ya no sé cómo marcha, si hacia adelante, hacia atrás, para  arriba o para abajo, lo único certero es la canción del tic y del tac que no me deja solo.
El galerón se hace eterno, perfecto en su oscuridad, como ya no logro ver y solo puedo escuchar, no sé si entre tanta confusión alguien me observa en silencio disfrutando mi locura...


2 comentarios:

  1. ¿Y por qué no coger el reloj y tirarlo hacia la otra persona? Que la persiga a ella, que parece regocijarse de nuestro sufrimiento. O romper el reloj y evadirnos de todo, pero claro, el maldito siempre deja eco por todas partes...

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    1. yo esperaria que esa otra persona tambien esté siendo perturbada por su propio reloj!! y el eco, hoy iba a escribir sobre el,tan fantastico y complejo!! sera lo proximo!!!

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