Quiero irme déjame de una vez por todas… No me veas, no me hables, no me quieras te lo suplico…
A caso nunca podre abandonar esta esquina fría y húmeda?
Solo suplico que me dejes ir, permíteme librarme de este dolor, de este veneno que cada día logra robarme el sueño y me hace sentir débil…
Es esto un castigo? Puedo sentir desprecios que jamás sabré de donde provienen, repentinos y atinados… Siempre dirigidos a un corazón cansado, frio, solo…
Quieres lo peor de mi? Por eso no me dejas levantarme? Me restriegas tu triunfo falso para causar aun mas dolor?
Solo deseo alejarme de todo esto que me das, quiero ir donde tu dolor no me alcance y pueda seguir luchando por lo que realmente deseo…
Librarme de ti ya no es doloroso, es algo que deseo con todas mis fuerzas y así lograr que mi corazón vuelva a agitar su marco…
Hermoso.
ResponderEliminarEse final es una revelación necesario. Es tan honesto que resulta crudo y a veces uno necesita morder carne cruda para enterarse de que hay que aprender a cocinar.
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