lunes, 24 de febrero de 2020

La ventana



Existieron días en los cuales abría una ventana y miraba el paisaje nocturno de la ciudad. Observaba autos, luces, personas ir y venir de sus trabajos, jóvenes riendo después de beber un poco y en ocasiones podía escuchar algunos llantos sin entender a que se debían.

Esto ocurría prácticamente cada viernes, después de una semana tediosa de universidad, lo que más deseaba era que llegara el fin de semana para ir y abrir esa ventana y esperar, esperar lo que siempre quería ver...

En esos tiempos era un vigilante, esperaba y esperaba hasta verla doblando la esquina, recuerdo verla con sus pasos apurados, siempre acelerada, siempre con prisa, siempre puntual...

Para mi esa ventana era felicidad, eran ansias, era calma, era de todo menos algo triste...

A veces las ventanas se cierran para siempre o por algún tiempo, a veces estamos esperando y ya nadie dobla la esquina, ya nadie viene con paso apurado, a veces alguien más ve en otra ventana lo que yo veía y eso me causa dolor.

Tal vez algún día pueda volverla a abrir, pueda volver a esperar con alegría, pueda sonreír de nuevo...