viernes, 11 de julio de 2014

Vuelta al mundo en una hora


He vivido mucho, he visto muchas cosas y la verdad es que no acabo de comprenderlas.
Comparto con mis amigos muchas cosas, ellos son mis compañeros de aventuras y la verdad es que estoy agradecido por poder hacerlo a diario. La última vez que hablé con ellos pues los temas eran los mismos pero la situación pintaba diferente, sentimientos iban y venían, las historias eran muy fuertes y los miedos afloraban.
El amor siempre es el centro de todo, es dolor y gloria pero todo era tan cambiante que solo nos mirábamos con cara de confusión esperando algún aire divino que nos guiara a la salvación o la siguiente cerveza.
La verdad es que nos sentimos liberados al hablar de cosas importantes sin la presión de la pena, confiamos los unos de los otros y tenemos un apoyo más fuerte que el de la lástima, esto es porque somos hermanos, vivimos lo mismo aunque en tiempos diferentes, sentimos cosas fuertes por personas desafiantes pero que nos roban el aliento.
Todo esto ocurre en una mesa, el mundo pasa por nosotros sin ser nosotros los que pasemos por él, todo esto pasa en una hora y en ocasiones con un par de cervezas.



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