Despierto con una corazonada o más bien, con una estaca en
el alma.
Era un día hermoso y radiante como pocos, era un momento
perfecto para perderte…
Tú amor mermó rápido, sin darme cuenta ya no eras parte de
esos paisajes hermosos que mis ojos ya cansados tanto amaban.
Las horas pasaban y ya sabía lo que con tanta prisa querías gritarme,
triste avanzo hacia tus brazos ya cerrados al igual que ese corazón que se
agitaba junto al mío cuando nos sentíamos libres y nos sentíamos uno…
La noche cae y la brisa fresca golpea mi rostro desdibujado,
la mirada perdida era parte de aquel desahucio de amor que jamás olvidaré…
¿Cómo olvidar el día en el que me sentí tan vivo?
Aún celebro nuestro aniversario, ese día en el que volví a
ser uno solo.
El día que esto termine ya te habré dejado ir…