Movía cosas de un lado al otro, limpiaba el polvo y me deshacía
de algunas cosas que ya no necesitaba, mi habitación se ve de mejor manera y en
el proceso viajé en el tiempo, los peligros de los recuerdos…
Botando
unas hojas de papel encontré un par cartas escritas a mano, llenas de halagos y
cariños, no se puede evitar sonreír ya que para plasmar algo en papel se
necesitan dos cosas, amor y paciencia, tesoro para aquellos que lo valoran.
Los
recuerdos escolares no podían faltar, fotos, mensajes ´´secretos``, cosas de la
graduación del sexto grado que me hacen pensar en cosas ya no tan agradables
pero que aún conservan cierto valor. Encontré infinidad de objetos ese día pero
sin duda fue uno solo el que me llevó a aquellos momentos tan confusos y excitantes,
un perfume casi agotado, una pizca bastó para recordar miles de momentos, unos
hermosos y otros terriblemente duros. Cada aspiración me colocaba en un momento
específico, recordé una cena muy importante, celebración de un par que se amó
profundamente…
Sacudiendo
la cabeza volví a sentir el olor del dichoso envase, esta vez me llevo a una casa
grande y en parte acogedora, momentos importantes sin duda, pero ya extintos…
Después
de hacer un pequeño viaje por tan llamativos recuerdos decidí ponerles fin,
tomé el perfume y lo arrojé a la basura junto con unos apuntes viejos, al final
de cuentas esto es lo que sucede muchas veces, tiramos lo bello para dejar de
recordar y esperar algo mejor, tal vez…
Que bello ..
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